Hay millones de parejas en el mundo, y todas muy distintas ya sea por la conformación o por sus creencias, etc. Pero hay algo que tienen en común todas las parejas, que son las discusiones por los distintos pensamientos de cada uno.
El problema es cuando las discusiones comienzan a ser muy fuertes, el comportamiento de la otra persona cambia y se vuelva agresiva u obsesiva, esto quiere decir un amor toxico.
Estas relaciones comienzan a comportarse y tener actitudes distintas con sus familiares y amigos, otorgándole el 100% a la relación, impidiendo a su pareja que salga o tenga otras actividades.
¿Qué características presenta el amor tóxico?
Vida social limitada
La persona deja amistades y se pone solo para la relación, esto agobia a la pareja y hace que la persona se vea menos atractiva.
Necesidad de aprobación de amor
La persona trata de buscar una seguridad, estabilidad y comodidad en la relación, ya que tiene miedo a estar solo/a.
Dependencia emocional
Su felicidad ya no va a depender de el/ella si no de alguien más. Se va a volver adicta/o a la relación.
Obsesión con la relación
No deja solo por un momento a la pareja, no le deja su espacio, lo cual esto no ayuda a la estabilidad de la relación.
Poco realista
Vive de la ilusión y de las expectativas irreales.
Preocupación por el cambio
Esa persona va a sufrir más por los cambios cuando no está bajo su conciencia y control. Empieza a pensar más en ella/el que en la de la otra persona.
Posesivo
Esta encima de la pareja en todo momento, la tiene controlada, tiene que saber qué hace, donde va, como va, etc.
Manipulado
La persona se vuelve egoísta, no te respeta y tiene actuaciones feas, de acuerdo con sus intereses. Al igual, que te dice “si me dejas es porque no me quieres”
Intenta cambiarlo
Intenta cambiar al otro de forma excesiva, de acuerdo con su gusto, haciéndole cambiar, por ejemplo, su condición o aspecto físicos.
Sufrimiento
Esto es simple, si la otra persona te hace sufrir, es sinónimo de un amor toxico.